#Enferdocente de Febrero / César Leal
- David Fernández García
- 1 feb 2017
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 14 nov 2020
Este mes quiero hacer una mención especial a una herramienta pedagógica que en la actualidad está cobrando muchísima importancia, como nos recordaba hace pocos días por Twitter Fernando Campaña (@fernenfer), pero que, en mi modesta opinión, sigue apreciándose por muchas personas como un capricho, “juguetitos”, que algunos docentes quieren para pasarlo bien y tener cosas con las que entretenerse.
Por suerte para muchos, hay algunas personas que nos llevan la delantera en este campo, no sólo creando ideas e innovando, sino también dejando evidencia científica que demuestra la eficacia de estas nuevas herramientas docentes (en este caso la simulación clínica) que permitirán a alumnos y profesionales adquirir competencias prácticas antes de estar en presencia de un paciente.
Nuestro #enferdocente de Febrero es César Leal Costa (@cleal80), enfermero, psicólogo, doctor e investigador principal del grupo de investigación Aprendizaje en entornos clínicos reales y simulados (AECRESI) de la Universidad Católica de Murcia (UCAM).
Quisiera empezar esta entrevista agradeciendo a Cesar, no sólo que se haya prestado a realizarla, sino además, agradecer sus ganas de hacer avanzar la enfermería innovando, investigando y compartiendo todo lo que sabe (que no es poco).

Pregunta: César, según tu opinión y experiencia, ¿por qué debería una institución apostar por invertir en la creación de un entorno clínico simulado para sus estudiantes de enfermería?
Respuesta: Esta pregunta resulta interesante, ya que la instauración de la Simulación Clínica en una institución es una apuesta ambiciosa y con costes considerables, ya que para implementarla se necesitan instalaciones muy costosas y recursos humanos importantes. Sin embargo, el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) reivindica el papel activo del alumnado y el aprendizaje reflexivo desarrollando nuevas metodologías docentes para poder llevar a cabo este objetivo. La simulación clínica, mediante el uso de tecnologías robóticas de última generación, permite que el abordaje de los cuidados de enfermería en el ámbito universitario sea atractivo y ameno para el alumno y constituya un reto para el profesorado, que debe adquirir un papel de facilitador, más que un mero trasmisor de información, siendo el alumno el centro del proceso de aprendizaje.
Por otro lado, la Simulación Clínica es una herramienta muy útil que fomenta tanto el aprendizaje como la evaluación de competencias de los alumnos de Grado en Enfermería, integrando la metodología científica que ofrece el Proceso de Enfermería con la práctica asistencial simulada.
Además, en la Facultad de Enfermería de la Universidad Católica de Murcia, la integración de la simulación en los diferentes Practicum Clínicos ha supuesto una innovación que, a mi juicio, mejora la calidad de la enseñanza ya que integra el aprendizaje experiencial del alumnado en entornos clínicos reales con los simulados, quedando perfectamente complementadas ambas esferas.
Pregunta: ¿Cuál es la parte más difícil a la hora de implantar un modelo de innovación pedagógica como el que habéis implantado en la UCAM? (implicación del profesorado, diseño de escenarios, creación de evaluaciones…)
Respuesta: Todos los comienzos son difíciles. Desde mi punto de vista, la parte más difícil fue decidir el modelo de implantación de la simulación clínica en el curriculum. Esta decisión fue difícil puesto que no había un modelo instaurado en España, siendo dicha implantación muy heterogénea en las diferentes Facultades de Enfermería. De este modo, la decisión fue dura de tomar, y el equipo decanal de la Facultad de Enfermería de la UCAM (Con la Dra. Paloma Echevarria y Dña. Mª José López a la cabeza), escogieron el modelo más adecuado, integrando la simulación clínica como parte fundamental de los diferentes Practicum Clínicos. Una vez decidido el modelo de implantación, el segundo secreto para que funcionara, fue rodearse de un equipo humano adecuado, y después de 6 años trabajando con este equipo, puedo decir, que el secreto del éxito ha sido la unión que hemos tenido un grupo de 17 personas que decidimos dedicarnos a la Simulación Clínica. Así, aunque el comienzo fue muy duro, el trabajo coordinado con todos mis compañeros diseñando las salas de simulación y escenarios clínicos, creando instrumentos de evaluación, coordinando las competencias a trabajar en cada Practicum, formándose en el uso de tecnologías robóticas y softwares complejos, incluso creando nuevas metodologías de autoaprendizaje como MAES© (Metodología de Autoaprendizaje en Entornos Simulados), ha facilitado mucho esta tarea.
Pregunta: Eres además uno de los profesores del curso “Instructor en Simulación Clínica” y en algún estudio que has publicado has mostrado la satisfacción de las personas que realizan este curso. ¿Crees que hay un cambio en el profesorado de enfermería que tiende a la innovación y la creación de nuevas herramientas docentes, o somos todavía demasiado esclavos de las clases “magistrales”?
Respuesta: Esta parece una pregunta trampa, ya que puedo caer en un sesgo de deseabilidad, y responder una realidad ficticia que pudiera o debiera estar presente en todas las Facultades de Enfermería de España. Sin embargo, para ser realista, considero que todavía estamos en un proceso de cambio, donde la instauración de nuevas metodologías de aprendizaje activo en las aulas es una utopía en muchos centros. A pesar de esto, hay que ser positivos y pensar que el proceso de cambio está en marcha, y que en la educación superior en general, y en enfermería en particular, empiezan a desarrollarse experiencias de innovación docente que implican el uso de nuevas metodologías de aprendizaje activo, como son la simulación clínica, aprendizaje basado en problemas, etc. Por ello, considero, que cada vez hay más docentes en España interesados en formarse en nuevas metodológicas de aprendizaje activo. Prueba de ello, es la demanda que tiene por ejemplo el curso de instructor en simulación clínica, y la necesidad que manifiestan numerosos docentes en la formación e implantación de estas metodologías en nuestra realidad actual, conscientes de la necesidad de tener alumnos más motivados, y que éstos sean los gestores de su propio aprendizaje.

Pregunta: Has realizado también sesiones docentes con profesionales de enfermería, utilizando la simulación clínica para formarlos en un nuevo sistema de triaje. Tras esa experiencia ¿crees que sería necesario que las instituciones sanitarias apostaran también por la formación continuada de los profesionales de enfermería mediante este modelo pedagógico?
Respuesta: Por supuesto. Hoy en día la seguridad de los pacientes se encuentra en el punto de mira de los profesionales y de los gestores de servicios de salud. Creo que la simulación implantada correctamente en las instituciones sanitarias contribuiría a mejorar la formación de los profesionales y, por ende, la seguridad de los pacientes. Esto se está demostrando en numerosos estudios y nosotros estamos llevando a cabo uno en el área obstétrico-ginecológica muy interesante al respecto.
De este modo, no cabe duda que la simulación clínica va unida al concepto de seguridad del paciente, y aunque muchas instituciones sanitarias ya la tienen instaurada, veremos en un futuro (espero que no muy lejano), como esta tendencia va en aumento.

Pregunta: ¿Qué consejos le darías a una enfermera que quiera introducirse en la simulación clínica para formar a sus estudiantes? ¿Cuáles son las fases o pasos que debe dar para hacerlo de una forma correcta?
Respuesta: En primer lugar le diría que pierda el miedo. El miedo a dar el salto hacia un nuevo modelo pedagógico enfocado en varios pilares:
El aprendizaje basado en el error. El utilizar el error del alumno como una oportunidad de aprendizaje en lugar de ser usado como una prueba para suspenderlo.
El aprendizaje activo. Abandonar el apego por la imagen del profesor como experto que transmite conocimiento e iniciar un camino como facilitador (facilitación en lugar de eminencia). Son los alumnos los que deben ejercitar la reflexión guiada y la experimentación para aprender.
Formarse en metodologías de aprendizaje activo como simulación clínica, ABP, MAES y sobre todo tener la mente abierta para abandonar los antiguos esquemas pedagógicos.
Especificar las fases para hacerlo de la forma correcta es complejo, puesto que cada centro tiene su propia idiosincrasia y forma de proceder. Lo que sí considero que es importante es que antes de empezar, hay que tener un proyecto sólido, apoyado por su institución, y con un equipo humano motivado para llevarlo a cabo. Además, hoy día se puede pedir ayuda a sociedades especializadas, por ejemplo, la Sociedad Española de Simulación Clínica y Seguridad del Paciente (SESSEP) tiene el Grupo de Trabajo de Simulación Clínica en Enfermería que como una de sus misiones tiene dar apoyo a aquellas Facultades de Enfermería que quieran implantar la simulación clínica en su curriculum. Este grupo formado por profesionales que trabajan con simulación clínica en las distintas Facultades de Enfermería de España, constituye un recurso muy valioso, puesto que siempre están dispuestos a ayudar a otros compañeros que quieran formarse o implementar esta metodología en sus centros.

Pregunta: ¿Podrías resumir en 5 frases, qué beneficios ha aportado a tus alumnos, a tu institución, a los pacientes, a tu día a día como docente… el introducir la simulación clínica en la universidad?
Respuesta:
Alumnos más motivamos y seguros de sí mismos.
Profesores más motivados con la enseñanza.
Investigación que va dando sus frutos en forma de publicaciones.
Pacientes que no sufren riesgos e instituciones sanitarias que mejoran su seguridad.
Me ha aportado “aprender a enseñar, enseñando a reflexionar”.

Antes de acabar la entrevista quiero manifestar que este reconocimiento como enferdocente del mes de febrero debería ser también para todos mis compañeros de la Unidad de Simulación de la Facultad de Enfermería de la UCAM (José Luis, Juan Antonio, Antonia, Belén, Encarna, Gracia, Alfonso, Mª José, Manuel Pardo, Andrés, Laura, Sergio, Manuel Piñero, Guillermo, Mª Dolores, Pablo, Mª Carmen, Flora), que trabajan día a día para que estas experiencias de innovación docente relacionadas con la simulación lleguen al puerto adecuado, y día a día, me permitan avanzar en su compañía como docente, enfermero y persona.
Así mismo, también quiero agradecer al grupo de trabajo de Simulación Clínica en Enfermería de la SESSEP por permitirme seguir avanzando, compartir experiencias y seguir creciendo.
Muchísimas gracias por tu colaboración César.
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